Con motivo de los actos que organiza la Asociación de Amigos de la Cofradía de Tierz y en torno al releo (auténtico acto central de los mismos), este domingo 25 se organiza una andada hasta las trincheras y un almuerzo en el mirador de dicho lugar. Previo al mismo, el profesor Jesús Inglada, uno de los, afortunadamente, muchos referentes culturales en la ciudad de Huesca, activo organizador de eventos y partícipe en muchos de ellos, charlará distendidamente acerca del cerco de Huesca y la posición de Estrecho Quinto. Le acompañará en el evento Mariano Viñuales uno de los iconos vivos (y por mucho tiempo) de la lucha antifascista.
Mariano acude a la cita con su boina compuesta a la manera guerrillera; el pecho ornado con la insignia de veterano del PCE junto a un pin que reclama la tercera república y un par de muletas que este hombre inagotable maneja con soltura. Una oleada de cariño arrastra este personaje curtido en las más legendarias batallas del siglo pasado en nuestro país.
Saludos, fotografías, abrazos... "Te vas a a hacer famoso, Mariano", le comenta una voz amiga.Lo cierto es que Mariano es referencia habitual en congresos, documentales y eventos culturales relacionados con la etapa histórica que le tocó vivir.
A Mariano y sus circunstancias hace referencia también el profesor Jesús Inglada al inicio de su charla. Su militancia combatiente en la guerra, su paso por el maquis, el tiempo de cárcel y su incansable actividad actual llenan los primeros minutos de la intervención de Inglada.
Entrando en cuestión, menciona la actitud del coronel Villalba, militar leal a la república forzado por las circunstancias y cuya intervención en la guerra hizo correr ríos de tinta. Señala la importancia de que Barbastro fuera leal y la importancia de la fuerza de la CNT en el somontano.
Menciona , a continuación,las columnas que, en Tierz o sus cercanías, combatirán haciendo especial hincapié en la columna del POUM, a cuyo frente estuvo Grossi, la Pedrola, la Ascaso, la Durruti , la Roja y Negra o la de "Los Aguiluchos" de la FAI.
Narra los vaivenes de la guerra en Angüés, donde tras la muerte de 11 vecinos "derechistas" , llegan al pueblo fuerzas sublevadas que, al retirarse nuevamente (25/07/1936) se llevan a 33 vecinos que serán posteriormente fusilados. Tras Angüés, es Siétamo el punto estratégico fundamental, que será evacuado por las fuerzas no leales entre el 13 y 14 de septiembre del mismo año.
Estrecho Quinto se convierte, en la iconografía de los sublevados, en una especie de nueva Numancia, en un Alcázar que defiende la Huesca sublevada del acoso de las fuerzas republicanas. Son seiscientos combatientes (entre ellos falangistas, requetés y voluntarios de Santiago) a cuyo frente se encuentra el comandante Carlos Ayala. El coronel Beorlegui (Endarlaza,Irún, San Sebastián) llegado a Huesca toma el manicomio con profusión de bajas propias y no puede reforzar las posiciones de estrecho Quinto, cercadas en su totalidad. Autoriza, caso de extrema gravedad, el abandono de las mismas al tiempo que amenaza con ejecuciones y juicios sumarísimos a los tibios o desafectos. El 30 de septiembre, poco más de cuatrocientos supervivientes abandonan las posiciones facciosas.
El cerco de Huesca es el de mayor duración de la guerra. En Mayo del 38 caerá como un castillo de naipes bajo la ofensiva franquista que sacará a Aragón de la guerra civil.
Toca ahora el turno de los huevos con longaniza, el comentario y recuerdo de las vivencias que aún almacenan los mayores del pueblo, y el tiempo compartido bajo un sol aún fuerte y unas temperaturas cálidas en ausencia del viento que azota casi permanentemente el lugar. Todo ello en las cercanías de unas trincheras que, recuperadas hace un par de años, reclaman a gritos una solución al deterioro de los sacos terreros que, hechos jirones se esparcen por las mismas.
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