18/9/11

Tierz y últimas elecciones (II): La campaña electoral; el debate que nunca existió (1)

La campaña electoral es una contienda; no necesariamente bélica (a pesar del lenguaje utilizado en ocasiones), pero sí una confrontación donde existe una estrategia clara: los gobernantes exhiben sus logros y se autoimponen medallas que oculten los proyectos abandonados y las promesas incumplidas mientras los aspirantes a sucederles en los cargos airean las sombras de la gestión anterior y proponen enmiendas. En determinadas circunstancias ese tira y afloja contribuye a generar debate, a crear un estado de atención sobre el proceso y a enriquecer la vida pública.En otras, a crispar. Depende, fundamentalmente, de la madurez democrática y de la tolerancia y respeto (o no) a los que piensan diferente.

En determinados lugares, sobre todo en los de escasa demografía, se teme como a la peste esa quincena previa a unos comicios. Se desatan hipersensibilidades (siempre desde el poder,¡que curioso!) tendentes a abortar todo debate posible so pretexto de calificar cualquier crítica como personalista; se realizan llamadas que podíamos calificar suavemente como poco oportunas; se intenta, en suma, acallar voces y aplicar una autoridad, con ribetes caciquiles del XIX, bajo el topicazo del buen rollito. Y lo jodido del caso es que, en ocasiones, sigue funcionando.
Al menos en Tierz, este 22 de Mayo pasado, algunas de esas maniobras han dado sus frutos y la campaña electoral ha sido insulsa, descafeinada e impropia del carácter plural y democrático que Tierz debe proyectar.

Todo sea por ese "buen rollo" y esa paz ciudadana (¿será verdad que una candidata rival llamó al alcalde para "pedirle permiso" para presentarse?) tan parecida a la de los cementerios que sufrimos durante cuatro décadas.El caso es que en Tierz se ha hurtado ese debate; por parte de unos porque no han tenido agallas de suscitarlo y, llamadas telefónicas mediante, han preferido excusarse en ese otro tópico patético de "hacer campaña en positivo" ; por parte de otros porque se han creído en el derecho, patrimonial, de impedir la expresión a todo aquel que no fuera afecto; y, por parte de otros más, por una ignorancia absoluta de lo que sucede en el pueblo.Dicho lo cual, paro por el momento.

En próxima(s) entrada(s) hablaremos de algunos de esos puntos de debate que se hurtaron a la ciudadanía.

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