30/1/13

SOBRE LA PROPUESTA DEL TRASLADO DE LA PELUQUERÍA AL ANTIGUO LOCAL SOCIAL DE LA CASA ABADÍA

NOTA PREVIA del redactor de este blog: Recibo, en relación al servicio de peluquería en esta localidad, el siguiente e-mail con ruego de su publicación. Lo remite el párroco y se reproduce en su totalidad. Con su publicación doy por finalizado el tema. Quien desee aclaraciones o matizaciones puede solicitarlas directamente a las personas protagonistas.
El texto remitido dice así:

SOBRE LA PROPUESTA DEL TRASLADO DE LA PELUQUERÍA AL ANTIGUO LOCAL SOCIAL DE LA CASA ABADÍA
Ante todo, hemos de ser rigurosos y atenernos a la letra de lo que se ha hecho público por medio de una circular que se ha distribuido, y de la que este blog ha hecho una perfecta reseña. El texto distribuido dice así: “Por sugerencia del obispado, hemos propuesto trasladar la peluquería al que fuera local social, en la parte opuesta de la (planeada) tienda, con entrada por la calle Baja y con su propia toma de potencia… Este cambio está en trámite … se haría el correspondiente contrato de arrendamiento”.
Se trataba, pues, de una propuesta, y de asegurar contractualmente una situación basada en buena voluntad; no era una reclamación ni una exigencia. Toda propuesta admite estudio, entre otras cosas, de financiación y ayudas disponibles. Lo extraño es la súbita reacción de cierre de la peluquería producido el día 12 de enero, con posterior comunicado al párroco el día 13, como hecho consumado, en contra del principio de “avisar siempre con antelación”.

La pura verdad es que la parroquia acogió a la peluquera como invitada, para evitarle las molestias de los traslados de domicilio, y le otorgó la esquina del local junto al baño, con la demanda de colocar un biombo de separación del resto del local, que quedaría para la catequesis, o reuniones de otra índole, sin que los asistentes tuvieran la impresión de estar en una peluquería. Fue un acto de pura acogida generosa y gratuita, con voluntad de ayudar a una profesional sin local. No se hizo ninguna obra de adecuación, ni siquiera se colocó el biombo; sólo se procedió a la instalación de los elementos de requisito profesional. ¿Por qué aquí y no en el local que ahora se ofrece?

En enero de 2012 estaba todavía vigente, por prórroga verbal con cambio de finalidad intencional, el contrato de alquiler de la Casa Abadía al Ayuntamiento de Tierz, y la cláusula novena del mismo dice: “El local situado en el exterior (la salita) y el garaje quedan a disposición de la Parroquia de Tierz”. Entonces no se podía disponer de más. Es correcto suponer que la disposición era para asuntos parroquiales, pero, a veces, hay razones que brotan del corazón, y es ahí donde nos podemos equivocar fácilmente.

A primeros de diciembre de 2012 queda a disposición de la Parroquia todo el bloque del edificio, y hay que plantear el uso del mismo. Surgen dos opciones: Entregarlo todo a una agencia inmobiliaria (a salvo siempre la cláusula novena del anterior contrato) o bien dividirlo para dos posibles actividades realizables por vecinos del pueblo. Ya estaba la peluquería y surgió la nueva opción de instalar una tienda de ultramarinos. La separación de los dos locales principales, uno al sur y otro al norte, con sus respectivos aledaños, parecía la mejor solución, y así se ofreció, a primeros de diciembre, uno a la peluquera para que hiciera el cambio, y otro a un vecino para que viera la viabilidad de la tienda. La otra opción, o sea, disponer del edificio en bloque, quedaría a expensas de una posible elección ulterior. De ahí que la Parroquia decidiera mantener activada la cláusula novena, o sea, retener para su propio uso el local del exterior (la salita) en cualquier circunstancia, puesto que no dispone de otros locales independientes para posibles encuentros con grupos de formación o acción social. En comunicación con ambas partes, parecía que se había logrado una conformidad de principio.

El nuevo local pensado para peluquería, no es una habitación, sino un espacio de más de 20m2, un salón, comunicado con la cocina por una ventana, con agua corriente en la misma, con instalación eléctrica interior, en buen estado de conservación. Al comienzo del pasillo hay un servicio higiénico, que debe completarse; y se pensaba colocar un tabique de separación total del resto en ese mismo pasillo. La toma de potencia es obligada, pues no vemos a nadie, ni debe ser demasiado legal, hacer la toma en los cables del vecino. Solicitar una nueva licencia no puede ser una condición impuesta por el obispado, porque no es asunto de su competencia. Lo que sí es necesario, para seguridad y validación jurídica, es firmar un contrato “inter partes”, con todos los detalles, derechos y deberes, expresión del importe del alquiler, etc. etc. En la propuesta de cambio de local para la peluquería ya se adelantaba que el alquiler podría ser de 175€ mensuales. Es cierto que la peluquera ya había manifestado en alguna ocasión su voluntad de pagar algo, pero no es menos cierto que el párroco no debía aceptar nada por falta de base documental. Faltaba el contrato de alquiler. La parroquia necesita un dinero para mantenimiento, y concretamente las anteriores señoras de la limpieza están solicitando una colaboración de los usuarios para pagar las horas a una señora habitual. Es de pura lógica pensar que no se puede dejar de cobrar lo justo de un alquiler y solicitar, por otro lado, una ayuda para mantenimiento.

Con la mejor intención de dar permanencia y seguridad a la peluquería, pues hay que reconocer que ha tenido un éxito rotundo, que prestaba un buen servicio al pueblo, con precios muy moderados, el párroco, en varias ocasiones, se ofreció a gestionar el alquiler de todo el complejo, jardín o huerto incluido, a favor de la familia Mayo – Totín, por un precio muy inferior al que pagaba en su casa actual. Fueron libres para no aceptar, aún advertidos de los serios riesgos que corrían en una situación creada sin fundamento documental. En la medida en que la clientela de la peluquería aumentaba, crecía también el riesgo de resultar imposible compartir el mismo local para actividades tan distintas, aunque no hubiera coincidencia de horarios, pero podría haberla; y, en todo caso, era evidente que, por razones de higiene y salubridad estricta, aquella situación no se podría prolongar por mucho tiempo.

Queremos expresar nuestra solidaridad y afecto a Sandra, su marido y los niños. Son una familia excelente. Me equivoqué, pero fue por amor. El amor perdura, pero un error siempre deja un lastre maldito. Parecía que no, pero la realidad es que todo podía pasar. Ha sido una gran prueba de limitación y humildad.

2 comentarios:

  1. Hola neofato, gracias por compartir tus inquietudes sobre lo que pasa en el pueblo, con todo el mundo.
    Me gustaría decirle al señor cura que deje de mercadear con lo que el llama la casa Abadía y que se dedique a celebrar misa y a hacer el bien sin ningún interés lucrativo. Me explico: ¿Por qué no ofrece la casa Abadía a una de las muchas familias que están siendo desalojadas injustamente de sus casas?.
    ¿Por qué no ofrece al ayuntamiento la posibilidad de organizar allí actividad social para beneficio de los pelagallos? sin ningún alquiler, por supuesto.
    Tantas cosas se podían hacer con esas propiedades en beneficio de todos los pelagallos...
    sin actividad privada, ni especulación por parte de sus propietarios. Solamente para mejorar la calidad de todos los que viven en Tierz.
    Muchas gracias neofato y un saludo para todos...

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  2. Recibo un comentario anónimo bajo esta entrada acerca de las posibles utilidades de la casa Abadía. Al contener juicios de valor acerca de alguna de las personas citadas, me permito no publicarlo por la no identificación del firmante.

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